Impacto de la Moda China en la industria nacional: ¿Somos parte del problema?

El lunes 25 de noviembre, Donald Trump amenazó con imponer aranceles punitivos de 25% en contra de las importaciones de México y Canadá a partir del día que tome protesta como Presidente de Estados Unidos. En el caso de México, esta medida representa una presión para que nuestro país tome acción contra el trafico de fentanilo y la inmigración desbordada que se dirige hacia nuestro vecino del norte. Este aumento en los aranceles podría representar el inicio de una guerra comercial entre México y Estados Unidos, lo que está dando mucho que hablar, incluso días después de este anuncio por las implicaciones que esta acción representaría.

En este episodio de ECONOMEX Podcast se detalla lo que está sucediendo con el tema de Trump y su amenaza de aranceles punitivos.

Muchos sugieren que México reemplace a sus socios principales del norte con los países del bloque BRICS+ (Rusia, India, China, Brasil, Sudáfrica, Egipto, Arabia Saudita, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos), pero ¿realmente esto sería una mejor opción para México?, especialmente ahora que China es el país que se ha señalado como gran culpable del declive de varias industrias en México, entre las que se encuentran las relacionadas a la moda: vestido, textil, calzado y proveeduría.

En un momento en el que el exceso de importaciones de productos de moda desde este país continúa impactando en el cierre de empresas nacionales, la pérdida de empleos y la destrucción eventual de una industria entera a falta de pedidos y demanda del producto nacional sería cuestionable el fortalecer la relación con China.

¿Todo lo Made in China es una amenaza a la industria nacional?

Erróneamente se ha difundido la idea de que todo lo Made in China representa una amenaza para la industria mexicana, por lo que es importante aclarar que, no es en sí el producto chino lo que está afectando a varios sectores y a la moda en el país, sino  prácticas como las  importaciones ilegales y la piratería, así como el dumping o la competencia desleal, que algunas empresas asiáticas han implementado en su modelo de negocio, vendiendo productos que no reflejan los verdaderos costos de producción, ganándole el mercado a los productos nacionales con precios ínfimos con los que resulta imposible competir y que solo son posibles gracias a apoyos del gobierno de su país, por lo que su ventaja proviene de una especie de trampa o competencia injusta.

En el caso de empresas nacionales o extranjeras que maquilan producto en China u otros países, pero importan legalmente su producto a México y comercializan con precios reales, estas se encuentran dentro de una competencia justa. Mientras una empresa pague sus impuestos a la importación y estos se reflejen en los costos de producción tal como debe ser, no importa si el producto proviene de China o cualquier país, es un producto que está compitiendo legalmente con el que se fabrica bajo estándares nacionales.

También tenemos parte de culpa en este GRAN problema.

Es cierto que China tiene invadido no solo a México sino a el resto del mundo con productos de todo tipo, desde materia prima hasta producto terminado a precios imposibles. Pero, no solo es el precio lo que ha hecho tan atractiva la oferta de moda que viene de China para los mexicanos, sino la capacidad de captación y adaptación de tendencias de forma ultra rápida que tienen las principales plataformas de moda de ese país.

SHEIN, una de las empresas más señaladas en cuanto al problema con la moda china a nivel mundial, sabe utilizar las tendencias de una forma muy efectiva, captando los gustos de los usuarios que entran a comprar en su plataforma, atentos a lo que sus clientes necesitan y hablan de su marca a través de varias estrategias como algoritmos y la escucha social– monitoreo y análisis de las menciones de marca, productos, servicios, opiniones y competidores en redes sociales-.
Esto arroja información muy efectiva para captar lo que deben vender y hacia donde deben atacar, más allá que los datos que un monitoreo pueda proporcionar. Estas tácticas son tan efectivas que, a principios de 2024 según Statista:¨el grupo chino de moda rápida online generó globalmente un total de 36.500 millones de dólares estadounidenses en 2023. De esta forma, mejoró la cifra registrada un año antes en cerca de 14.000 millones”.

SHEIN al igual que TEMU, otro de los gigantes asiáticos más temidos, utilizan una estrategia agresiva de anuncios y colaboración con influencers para llegar a clientes ultra masivamente, exponiendo sus bajos precios y ofertas como gancho.

Parte de su éxito, también se encuentra en el diseño llamativo y la disponibilidad en plataforma a tiempo -al menos a la venta, aunque las entregas sean bastante tardadas- de lo que está deseando comprar su cliente, al que no le importa esperar de dos a tres semanas para recibir su pedido mientras asegure la compra a costo bajísimo. Para un mexicano que va a adquirir por 150.00 MXN un vestido o par de zapatos, difícilmente exigirá a cambio calidad de materiales, de costuras, manufactura o durabilidad, mientras cumpla con un propósito de deseo inmediato a costo estimulante.

Además de las agresivas estrategias de marketing y los bajos precios de estas empresas, los influencers nacionales también han jugado un papel muy importante en la adopción y esparcimiento de estas marcas entre sus seguidores, que a sabiendas del problema que cruza actualmente la industria nacional siguen compartiendo códigos de prendas que reciben para generar ventas de varios productos de estas marcas.

La industria necesita una nueva fórmula para conectar con el gusto mexicano.

Es innegable que la principal razón del éxito de SHEIN, TEMU o Ali Express son los precios ultra bajos en medio de una economía preocupante, pero tampoco podemos dejar de reconocer que, aunado a esto, nos incitan a comprar a través de productos con diseño y propuesta aterrizada de lo que desean los compradores a productos populares con precios accesibles, algo que en México se han olvidado de hacer.

La industria nacional de calzado, por ejemplo, se ha desconectado del consumidor local tratando de perseguir e imitar ese modelo chino mundialmente famoso por su mala calidad, materiales desechables y reducción extrema de costos, olvidándose de integrar un buen diseño a todo esto como ellos lo hacen y dejando de lado la calidad y durabilidad que por décadas distinguía a gran parte de los exponentes de calzado mexicano.

Además, esta industria quedó atrapada en un modelo de diseño y captación de tendencias que funcionó hasta los años 90s, recortando la inversión en la investigación de estas y reduciéndola a viajes anuales o eventuales búsquedas simples de fotografías en internet, sin un acercamiento y análisis real de lo que busca el consumidor y por qué o de que está sucediendo a nivel mundial.

Empresas mexicanas de tradición y con gran legado han muerto negándose a integrarse a la venta online o a invertir efectivamente en ella, en la información de tendencias o en el acercamiento con sus clientes o posibles clientes también a través de las redes sociales, negándose a aceptar que, si hoy tu marca no está en redes, no existes.

La falta de presencia online y promoción en redes sociales efectivamente es otro punto en el que los chinos han sobrepasado a las empresas mexicanas, ya que ellos han reconocido el poder que hay en esto. Son las marcas jóvenes quienes, si se integran a estas estrategias a sus posibilidades, pero las marcas de antaño han visto con escepticismo una inversión real en estos temas, negándose a algo que podría impulsar más su ya consolidada marca.

La ropa de SHEIN, TEMU y demás plataformas chinas han traspasado sectores, vendiendo sus productos bajo modelos integrales que funcionan bien desde su país y enganchan a compradores de casi 200 países que van desde lo más bajo del estrato social hasta personas con ingresos abundantes; por esto, hay que observar cómo lo han hecho, integrando lo que es viable para nuestra industria, marca y mercado.

Imagen generada con IA

La industria mexicana, salvo en escasas excepciones se ha aferrado a seguir operando como tradicionalmente lo hacían desde hace décadas, pero el mundo ha cambiado y los chinos han atacado no solo con precios bajos, sino desde varios frentes, sin que el empresario mexicano parezca darse cuenta, y es ahí, otro punto desde donde China nos ha golpeado. Tal vez aún estemos a tiempo de darnos cuenta de que no podemos imitar a la industria asiática, no somos como ellos, ni nuestros gustos, industria y economía lo son, así que, porque no intentamos ser nosotros y crear para nosotros.

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